viernes, 24 de enero de 2014

Informe técnico agrícola

1. Agente.

El agente que causa los daños en la planta de tomate se denomina Aphis Gossypii, es una especie  de pulgón.

2. Causas.

El daño que se produce es debido a la succión de la sabia elaborada que realiza el Aphis Gossypii y ademas este expulsa una mezcla a partir de la cual se desarrolla la negrilla; esta interviene bloqueando conductos(estomas) que dificultan el intercambio necesario para realizar la fotosíntesis, por lo que la planta no llega a desarrollarse completamente.




3. Síntomas.


El hongo de la negrilla, que expulsa el Aphis Gossypii,  impide que se pueda realizar correctamente la fotosíntesis y disminuye la producción de la planta. La fumagia esta constituido por los micelios y esporas del hongo, con desarrollo superficial que no penetra en los tejidos de la planta huésped. Se presenta como una ceniza o carboncillo negro que forma una pelicula o costra sobre hojas y tallos. En estos casos la planta presenta síntomas de clorolisis (la plana no puede fabricar carbohidratos, glucosa, y puede morir por insuficiencia clorofílica) y necrosis (enfermedad caracterizada por la muerte prematura de tejidos u organos).

4. Soluciones.



Si las poblaciones de pulgón corren peligro de descontrolarse probablemente tengamos que recurrir a algún producto ecológico de protección frente a plagas que ayude a la planta a combatir al parásito, detener y eliminar la plaga.

Se pueden usar otros insectos que se benefician del pulgón, este proceso recibe el nombre de lucha biológica; consiste en introducir en el cultivo otras plagas de insectos que no sean dañinos para el cultivo y su función es acabar con el pulgón. Dentro de los depredadores de pulgones, destacan larvas y adultos de neurópteros, Coleópteros coccinélidos, larvas de Dípteros y varios Himennópteros.


Uno de los productos más efectivos en la lucha contra el pulgón es el jabón potásico, éste tiene la propiedad de reblandecer el exoesqueleto de los insectos, éstos quedan muy debilitados y acaban muriendo, además es un producto natural e inocuo para la salud.







5. Especies para combatir la plaga.

Aphidius
Es una avispa parásita negra y delgada, con patas marrones, antenas largas y alas. Su tamaño depende del tamaño del insecto en el que coloca sus huevos, pero es en general de unos 2 mm.
La hembra pone un huevo en el pulgón. Para ello dobla el abdomen bajo el tórax, entre sus patas delanteras, e inyecta con su ovipositor un huevo en el interior del pulgón. Este hecho solo dura una fracción de segundo. La avispa parasita pulgones adultos o ninfas. Durante el estadío de huevo del parásito, el pulgón consume todavía más savia y excreta más melaza. Además, los pulgones parasitados adultos o del cuarto estadío larvario siguen produciendo descendientes.
Siete días después de la parasitismo la larva de Aphidius inmoviliza el pulgón, de manera que este se hincha. El exterior del pulgón se endurece y se vuelve dorado, denominándose momia. Cuatro días después del principio de la momificación un Aphidius  adulto surge de la momia a través de un orificio redondo. 


Hippodamia
Conocido comúnmente como mariquita.

Los adultos y larvas de H. variegata son voraces depredadores de áfidos en todos sus estados de desarrollo.

Dada su capacidad de vuelo, los adultos pueden cubrir una extensa área de búsqueda de presas.

Las hippodamia se pueden observar en lugares protegidos, como en tallos, envés de las hojas, o en materiales del invernadero.

Lysiphlebus testaceipes

Al igual que el Aphidius, las hembras Lysiphlebus testaceipes, depositan el huevo en el interior del pulgón.A medida que la larva del parasitoide se alimenta del pulgón este adquiere una tonalidad más clara y se hincha (una vez el pulgón muere reciben el nombre de momias). Cuando emerge el parasitoide sale del pulgón a través de un agujero circular en la parte dorsal del pulgón.
El rango de depredadores del Lysiphlebus testaceipes es exclusivo de áfidos.

6. Curiosidad
 
Las hormigas protegen a muchas plantas de sus parásitos a cambio de néctar que reciben de forma extraordinaria en zonas situadas generalmente en las hojas. Los áfidos (nuestros curiosos pulgones) han desarrollado en la evolución, una relación de "amistad" con las hormigas, que no sólo les toleran sobre las plantas, sino que además las protegen de sus depredadores especializados, como las mariquitas o las crisomelas, a cambio de la secreción de sus sifones que les sirven de alimento. Al final del abdomen los áfidos presentan dos sifones, pequeños apéndices erectos de posición dorsal que apuntan hacia atrás o hacia arriba, por los que vierten una secreción azucarada que les sirve para sobornar a las hormigas. También las abejas pueden recoger esa melaza, incorporándola a la composición de la miel. Desarrollan sus vidas simultaneas ayudándose entre si, esta relación recibe el nombre de simbiosis.


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