El agente que causa los daños en la planta de tomate se denomina Aphis Gossypii, es una especie de pulgón.
2. Causas.
El daño que se produce es debido a la succión de la sabia elaborada que realiza el Aphis Gossypii y ademas este expulsa una mezcla a partir de la cual se desarrolla la negrilla; esta interviene bloqueando conductos(estomas) que dificultan el intercambio necesario para realizar la fotosíntesis, por lo que la planta no llega a desarrollarse completamente.
3. Síntomas.
El hongo de la negrilla, que expulsa el Aphis Gossypii, impide que se pueda realizar correctamente la fotosíntesis y disminuye la producción de la planta. La fumagia esta constituido por los micelios y esporas del hongo, con desarrollo superficial que no penetra en los tejidos de la planta huésped. Se presenta como una ceniza o carboncillo negro que forma una pelicula o costra sobre hojas y tallos. En estos casos la planta presenta síntomas de clorolisis (la plana no puede fabricar carbohidratos, glucosa, y puede morir por insuficiencia clorofílica) y necrosis (enfermedad caracterizada por la muerte prematura de tejidos u organos).
4. Soluciones.
Si las poblaciones de pulgón corren
peligro de descontrolarse probablemente tengamos que recurrir a algún
producto ecológico de protección frente a plagas que ayude a la planta a
combatir al parásito, detener y eliminar la plaga.
Uno de los productos más efectivos en la lucha contra el pulgón es el jabón potásico,
éste tiene la propiedad de reblandecer el exoesqueleto de los insectos,
éstos quedan muy debilitados y acaban muriendo, además es un producto
natural e inocuo para la salud.
5. Especies para combatir la plaga.
Aphidius
Es una avispa parásita negra y delgada, con patas marrones, antenas largas y alas. Su tamaño depende del tamaño del insecto en el que coloca sus huevos, pero es en general de unos 2 mm.
Es una avispa parásita negra y delgada, con patas marrones, antenas largas y alas. Su tamaño depende del tamaño del insecto en el que coloca sus huevos, pero es en general de unos 2 mm.
La hembra pone un huevo en el pulgón. Para ello dobla el
abdomen bajo el tórax, entre sus patas delanteras, e inyecta con su ovipositor
un huevo en el interior del pulgón. Este hecho solo dura una fracción de segundo.
La avispa parasita pulgones adultos o ninfas. Durante el estadío de huevo del
parásito, el pulgón consume
todavía más savia y excreta más melaza. Además, los pulgones parasitados
adultos o del cuarto estadío larvario siguen produciendo descendientes.
Siete
días después de la parasitismo la larva de Aphidius inmoviliza el pulgón, de
manera que este se hincha. El exterior del pulgón se endurece y se vuelve
dorado, denominándose momia. Cuatro días después del principio de la
momificación un Aphidius adulto
surge de la momia a través de un orificio redondo.
Hippodamia
Los adultos y larvas de H. variegata son voraces
depredadores de áfidos en todos sus estados de desarrollo.
Dada su capacidad de vuelo, los adultos pueden cubrir una
extensa área de búsqueda de presas.
Las hippodamia se pueden observar en lugares protegidos, como en
tallos, envés de las hojas, o en materiales del invernadero.
Al igual que el Aphidius, las hembras Lysiphlebus testaceipes, depositan el huevo en el interior del pulgón.A medida que la larva del parasitoide se alimenta del
pulgón este adquiere una tonalidad más clara y se hincha (una vez el pulgón
muere reciben el nombre de momias). Cuando emerge el parasitoide sale del
pulgón a través de un agujero circular en la parte dorsal del pulgón.
El rango de depredadores del Lysiphlebus testaceipes es exclusivo de áfidos.
Las hormigas protegen a muchas plantas de sus parásitos a cambio de néctar que reciben de forma extraordinaria en zonas situadas generalmente en las hojas. Los áfidos (nuestros curiosos pulgones) han desarrollado en la evolución, una relación de "amistad" con las hormigas, que no sólo les toleran sobre las plantas, sino que además las protegen de sus depredadores especializados, como las mariquitas o las crisomelas, a cambio de la secreción de sus sifones que les sirven de alimento. Al final del abdomen los áfidos presentan dos sifones, pequeños apéndices erectos de posición dorsal que apuntan hacia atrás o hacia arriba, por los que vierten una secreción azucarada que les sirve para sobornar a las hormigas. También las abejas pueden recoger esa melaza, incorporándola a la composición de la miel. Desarrollan sus vidas simultaneas ayudándose entre si, esta relación recibe el nombre de simbiosis.
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